Turismo de interior. Algo tan maravilloso que nunca olvidarás.
Ver los ánades a simple vista, sin necesidad de prismáticos, como está tomada la fotografía, con cámara normal sin teleobjetivos, disfrutando del paisaje natural.
Pero para observar estos acorazados animalitos hay que ir con más sigilo y procurar no ser visto, pues en cuanto te ven... ¡¡¡ZAS!!! Se meten bajo el agua un rato y salen asomando la cabeza para ver si el peligro ha pasado. Si no ven a nadie... se ponen otra vez a tomar el sol plácidamente.
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