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Grullas en el regadío extremeño


Como cada año, la grulla nos visita para alimentarse en los restos de las cosechas de nuestros extensos arrozales y enormes campos de maíz ya cosechado.
Como no es posible aprovecharlo todo, siempre quedan restos de terreno en los que las máquinas de cosechar, tanto el maíz como el arroz, no pueden entrar y las plantas que han sido caídas por diversos motivos quedan en el suelo con todas sus semillas de arroz o maíz. Estos campos son muy querenciosos para estas aves que, año tras año regresan donde saben seguro el alimento. Por otra parte y no lejos de esta extensa llanura dedicada en su mayoría al cultivo de maíz y arroz, (sin olvidar la gran zona dedicada a los frutales, tomate y pimiento) se encuentra el pantano de Orellana donde tienen su acostadero. Cada atardecer, bandadas de miles y miles de grullas se reunen para irse a dormir formando un grandísimo alboroto, alboroto que resulta encantador y para nada molesto, debe de ser por lo emocionante de la visión que nos ofrecen. Todo un espectáculo que nadie debería perderse.





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