Ensayos fotográficos - Práctica de "El barrido fotográfico" con liebre corriendo en 5 fotografías
Liebre corriendo.
Que mejor ocasión para la práctica del barrido fotográfico, que intentar llevarlo a cabo siguiendo la carrera de una liebre? Algo poco frecuente y sobre todo, muy difícil dada la velocidad a la que corren, que pueden alcanzar los 70 kilómetros por hora, pero lo más difícil es seguirla en su carrera, ya que normalmente no corre en línea recta, de ahí que muchas de las fotografías que intentamos, se queden en eso, solo intento, y otras muchas trepidadas, pero bueno, hay que intentarlo y... ¡¡Sálvese quien pueda!!
La primera medida que tendremos en cuenta, es poner un número f lo más bajo posible, para que nos entre mucha luz y podamos tener una imagen más nítida.
Datos de la imagen superior: Cámara SONY DSLR-A200.
Longitud focal: 300.
Número f : 5,6.
Tiempo de exposición: 1/250.
La distancia a entre liebre y cámara oscila entre los 150 y 200 metros, de ahí la poca calidad de la imagen.
En esta toma se repiten los datos de la anterior. Si bien las imágenes no son todo lo nítidas que uno hubiera deseado... no se puede pedir más con esta cámara ya descatalogada.
Ya sólo nos queda practicar y llevar a cabo el divino arte de la fotografía, aunque a veces no consigamos el objetivo, siempre nos quedará la satisfacción de haberlo intentado.
Lepus granatensis o liebre ibérica.
Tiene un tamaño mediano, mide entre 44 y 50 cm con pelaje suave y corto y el dorso color marrón rojizo con una mancha blanca en la parte de arriba y el vientre blanco hasta las patas delanteras.
La cola tiene la punta negra. Sus orejas son más largas que las del conejo, debido a que miden de 9,3 a 10,5 cm.
Las hembras son de mayor tamaño. Son muy veloces, pueden alcanzar una velocidad en su carrera de 70 kilómetros hora, debido a sus grandes patas traseras.
Debido a que sus patas delanteras son bastante más cortas que las traseras, siempre que puede tiende a correr hacia lo más elevado, hacia arriba.
A gran velocidad cerro arriba.
...y con el susto en el cuerpo, desapareció entre el abundante pasto de la ZEPA en los Llanos de Cáceres.
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