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Ciudad romana de Cáparra - Cáceres - Extremadura - Arco de Cáparra en Vía de la Plata

Ciudad romana de Cáparra.
La puerta más conocida de la ciudad, puerta en su lado su y tenía una anchura de 4 m. flanqueada por dos poderosos bastiones defensivos semicirculares adosados a la parte exterior de la muralla. 
el acceso se realiza a través de un pavimento de losas de granito que anteceden al umbral en el que se aprecian las hendiduras destinadas a acoger la puerta de cierre.
La muralla se construyó con piedra de granito trabadas con barro en las caras exteriores, mientras que el interior se rellenaba con grandes castidades de tierra y piedra. La anchura media de la base es de 3,20 m. y su altura debió superar los 4 m.

Cápara.

Junto con el decumanus maximus constituyeron las dos calles principales de la ciudad y fueron las referencias fundamentales para el trazado de su urbanismo. Tiene una alineación N-S y su recorrido se iniciaba nada más traspasar la puerta SE. Tras respetar el espacio del Foro, continuaría hasta otra importante puerta de la ciudad, la puerta NW

Su área porticada de 2 m. de ancho y emplazada en su extremo occidental, aparece indicada por una seria de sillares de granito que sirvieron como soporte de su cubierta y también para marcar su límite con respecto a la calle. Bajo la misma discurrían, al igual que en otras calles, las canalizaciones de desagües provenientes de las casas con dirección al kardo maximus.


Situado en el centro geométrico de la ciudad  a las puertas del Foro, su posición marca el lugar desde donde se trazaron las dos calles principales: Kardo y decumanus. Se erigió a finales del s. I. d. C. por encargo de un influyente ciudadano que lo dedicó a la memoria de sus padres. como puede verse aún la inscripción que se conserva en la fachada SW. En origen superaba los 13 m. Fue concebido partiendo de un módulo predeterminado en el que la altura de los arcos es el doble de la anchura. Las caras situadas en el mismo eje son iguales, siendo la NE la principal.

Arco
La estructura exterior de sillares de granito envuelve un sólido núcleo construido con el hormigón romano conocido como opus caementicium. Originalmente estuvo pintado con un pigmento rojizo aún visible en algunas zonas, que servía como elementos decorativos y a la vez protector.

La decadencia de la ciudad en torno a los siglos III y IV d. C. generó el deterioro de los edificios y de su infraestructura, entre ellas la propia calzada romana. Los derrumbes y ruinas de las casas y tabernae quedan patentes sobre la zona porticada y su enlosado, al igual que los diferentes expolio, irregularidades y reocupaciones en todo su recorrido.
Estas ruinas, hoy sólo apreciables en sus niveles de cimentación y poco más pertenecen a las llamada Ventas de Cáparra. Establecimientos de los que se tienen noticias desde el s. XVI y que ofrecieron sus servicios hasta el s. XIX, momento en el que desparecen como consecuencia de la Guerra de la Independencia. Su ubicación sobre la propia calzada acarreó un cambio de dirección con respecto al antiguo camino romano. Un desvío materializado en la llamada "Vereda de la Calzada de los Romanos" usada hoy por todos los peregrinos que transitan hacia Santiago de Compostela.

Texto: Ciudad romana de Cáparra.
Fotografías: Demetrio Fernández Vaquero.










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